Los discursos de los políticos, especialmente cuando están en campaña, están a menudo repletos de lugares comunes. Oigo parlamentos plagados de "compañeros y compañeras", "amigos y amigas", "candidatos y candidatas", "ellos y ellas", "todos y todas", "nosotros y nosotras"… Resulta cansino escuchar desde su atril esta retahíla de palabras que persiguen dejar constancia de que incluyen tanto a hombres como a mujeres en sus pretensiones. Pero no hace falta repetirlo tantas veces. Con una es suficiente.
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